El volcán Ijen es un precioso lugar de la naturaleza. Debido a su actividad volcánica, los gases de azufre se filtran hasta la superficie donde, al entrar en contacto con la atmósfera, se incendian creando llamas de un precioso color azul. Hay mineros que trabajan en el cráter del volcán en condiciones muy duras para obtener azufre. Deben caminar unos 1000 metros de desnivel cada día para poder llegar a la zona de extracción del azufre. Una vez allí trabajan entre llamas y gases tóxicos sin ningún tipo de protección. A menudo trabajan 7 días a la semana durante más de 12 horas al día para lograr extraer alrededor de 200 kg de azufre al día. Reciben unos 6 céntimos de euro por Kg de azufre. La labor comienza de noche. En la base del volcán cogen un carro que arrastraran hasta la cima superando más de 500 metros de desnivel. Desde allí utilizan unas cestas para bajar por al empinada pendiente que les conduce hasta la zona de extracción del sulfuro. Una vez han logrado recoger unos 80 kg de azufre, empiezan la dura subida de 300 metros de desnivel cargados con los 80kg. Repiten este proceso varias veces hasta poder llenar el carro con el que descienden de nuevo a la base del volcán. Algunos trabajadores repiten este proceso numerosas veces al día. Ninguno de ellos cuenta con seguridad social ni con ningún tipo de seguro médico que cubra bajas por enfermedad. Muchos de ellos presentan graves problemas respiratorios.