Con la colonización del planeta por parte del ser humano, cada vez es más habitual el solapamiento de los hábitats de personas y animales. Existe una ciudad en Tailandia que es un buen ejemplo de ello: Lop Buri es el hogar de cientos de macacos. Los locales consideran a estos monos discípulos del dios hindú Hanuman. En la versión Tailandesa del Ramayana (una antigua epopeya Sánscrita), Rama cedió esta tierra a Hanuman, fundador de la ciudad. Actualmente, la población de macacos en Lop Buri no para de crecer y esto ocasiona extraños escenarios de convivencia. Mientras algunas personas adoran a los monos, otros les temen o incluso les repudian. Sin embargo, pese a los muchos inconvenientes que los macacos suelen causar, acostumbran a ser respetados por ser considerados sagrados. Los monos parecen ser conscientes de esta situación y deambulan por la ciudad como auténticos señores del lugar. A grandes rasgos podría decirse que todos viven en armonía. Al fin y al cabo lleva siendo así desde hace generaciones.